CAOS EN LA SEMANA DE BOGOTÁ POR SU MOVILIDAD

    

Tras lo acontecido esta semana en cuanto a movilidad y trasporte, podemos apreciar varios aspectos que se han observado previamente, como los son la inconformidad y el descontento que crece día a día en contra del sistema de transporte Transmilenio (TM ) por su mal servicio, hecho que movilizo a los usuarios a hacerse escuchar de una u otra manera, queriendo así que las entidades de control presten su atención en los sucedo y pongan un alto, para generar el cambio que la alcaldía de Enrique Peñalosa lleva promocionando desde su campaña y que aun los ciudadanos estamos esperando, aun nos pide paciencia y nos da disculpas, pero nos gustaría saber ¿él cuanto se demora esperando su transporte?¿algunas vez a llegado tarde al trabajo porque el TM no paso rápido?. Podemos evidenciar como nos ha tocado recurrir a la “desobediencia civil” y dejar de un lado la “sumisión” ante la idea de “lo dicho, dicho esta”. Exigimos el servicio de TM sea a la misma altura de las sumas que pagamos por su pasaje, pero hay personas que pareciese que sus pensamientos no tuvieran congruencias con sus acciones, como los son aquellos que protestas por el mal servicio y el alza atacando las estaciones y buses ¿de dónde creen que saldrán los 37 millones? ¿quieren un servicio excelente con buses en mal estado? Por favor usuarios, esto es un llamado para recorrer el camino de la sensatez, hay que hacer varios ajustes en tanto a la manera en la que una parte de los ciudadanos expone su inconformidad.

En cuento a la constante pelea del gremio de taxis y la app de Uber, estamos de acuerdo con la regulación, ya que la ley debe ser para cada una de las personas, y finalmente el Estado somos todos, pero sin que se deja a un lado sus tarifas económicas y su buen servicio.

¿Qué pasara con aquellas personas que no pueden pagar el alza en el TM?¿que pasara con las app ilegales? Por el momento, a los que nos movilizamos todos los días en este sistema nos queda respirar profundo, retomar la paciencia, la calma y esperar que la respuesta de las entidades responsables no sean gases lacrimógenos y disculpas.