jueves, 9 de abril de 2015

Funcionalidad e infraestructura de las estaciones de Transmilenio: corroboración observacional.

Con el propósito de describir las divergencias y similitudes que se encuentran entre la definición infraestructural de las estaciones de Transmilenio en la página oficial de dicho sistema con la realidad diaria de los bogotanos, se realizó una salida de campo que tuvo lugar en ocho estaciones del sistema. A continuación encontrará el respectivo análisis, y nuestras conclusiones.

Fotografías por Ana María Cortázar.


El sistema metropolitano de transporte ‘Transmilenio’, funciona sin parar desde el 18 de diciembre del año 2000, pues se ha convertido en el sistema de transporte masivo más importante en la ciudad de Bogotá.  Transmilenio ha intentado desde sus inicios proporcionar las mejores condiciones para una movilidad que pretende ser rápida y efectiva, de ahí la presencia de carriles exclusivos para los buses articulados participes del sistema, ubicados en las principales avenidas de la ciudad. De hecho, en la página oficial de dicho sistema se encuentra información de un servicio efectivo, con “estaciones diseñadas especialmente para facilitar el acceso rápido y cómodo de los pasajeros” y “una adecuada señalización, mobiliario e iluminación que las convierten en espacios agradables y seguros.” (Transmilenio, 2013).

Tras la corroboración observacional – en ocho estaciones de Transmilenio (Calle 100, Universidades, Las aguas, Calle 142, Ricaurte, etc.) – de  las distintas cualidades infraestructurales atribuidas a éstas en la página oficial de dicho sistema, con la realidad diaria de los bogotanos, se encontraron como era de esperarse algunas divergencias y similitudes entre ambas.

En general, las estaciones cuentan con accesos seguros para los usuarios, como semáforos, puentes o túneles peatonales, y la iluminación artificial es adecuada. Sin embargo hay aspectos que varían negativamente, como las cámaras de seguridad, que están presentes en algunas estaciones y en otras no, y la señalización, pues si bien hay mapas de rutas que permiten al usuario orientarse, la falta de algunas señales sobre las puertas que indiquen el Transmilenio que para en ese espacio, no dejan que este aspecto sea excelente.

En cuanto al acceso y salida de los usuarios de la estación, podría decirse que en las horas menos concurridas es relativamente constante y cómodo, pero en las llamadas ‘horas pico’ tanto la entrada como la salida de los pasajeros es sumamente lenta, ya que la estructura es una sola para realizar ambos procesos, y hay estaciones, como la de la Calle 142, que solo cuentan con dos, por ende se retarda el proceso, y hace que las estaciones se llenen tanto, que los pasajeros no puedan movilizarse cómodamente.

En conclusión, si se leen las características infraestructurales atribuidas a las estaciones de Transmilenio expuestas en la página oficial de dicho sistema, podría decirse que éste cuenta con adecuaciones estructurales perfectas, que dan cuenta de una movilidad ágil y efectiva. Sin embargo, aunque efectivamente hayan aspectos ciertos que contribuyen en la configuración de una movilidad efectiva, hay otros, que a la luz de la observación, solo se cumplen parcialmente.


Referencias


Transmilenio (23 de Agosto de 2013), ‘Infraestructura: Estaciones'. Recuperado el 24 de marzo de 2015. (En línea). Disponible en: http://www.transmilenio.gov.co/es/articulos/infraestructura#sthash.5gPGFhc3.dpuf



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