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| Tomada de www.mindomo.com |
En el transcurso del primer semestre del año lectivo se
ha estado escribiendo e informando semanalmente acerca de las preocupantes problemáticas
que atañen a la movilidad en la capital del país, a partir de análisis coyunturales
que pretenden contener realidad, crítica y solución.
De esta manera, una de las problemáticas más
neurálgicas en el transporte giró en torno al incremento de los trancones en
Bogotá, los cuales han tenido como principales detonantes el aumento en la
compra de carros y motos, la tan criticada calidad del servicio de Transmilenio,
y el deterioro cada vez mayor de la malla vial; La cual – a pesar de los esfuerzos de la
Alcaldía a través de la utilización de la máquina tapahuecos – sigue en
deterioro, pues no puede esperarse que los resultados de dicha herramienta duren
más de seis meses, un intervalo de tiempo corto que si bien proporciona una
solución parcial no resulta por completo satisfactoria.
Por otro lado, el sistema de transporte masivo
Transmilenio sigue contando con múltiples dificúltales tales como la demora en
la prestación del servicio, deficiencias en cuanto a rutas, frecuencia y número
de buses y la capacidad de integración con otras modalidades de transporte como
el SITP, el cual – a propósito – no ha terminado de implementarse debido a
problemas relacionados con las empresas encargadas (Egobus y Coobus) de
ejecutar el proceso.
En este contexto, se podría seguir haciendo mención de
muchas otras problemáticas en torno a la movilidad, pues la realidad es que por
más campañas y proyectos que han intentado implementarse para el mejoramiento
de ésta, sigue siendo difícil ver resultados positivos y definitivos en pro de
una movilidad mejor.
Ahora bien, la explicación a que no funcionen como
deberían algunas propuestas para aumentar la calidad de los distintos
transportes públicos, no puede ser solamente que entidades como la Alcaldía y
la Secretaría de Movilidad no las han ideado de forma suficientemente efectiva,
sino también – dada la corresponsabilidad – que algunos ciudadanos no pone de
su parte para contribuir a ésta.
Por último, resulta de vital importancia mencionar que
a partir de las dos salidas de campo realizadas con el propósito de corroborar
información tanto de fuentes oficiales del distrito como de otras periódicas
(digitales y físicas) se evidenciaron exageraciones al mencionar problemáticas que
atañen a la movilidad bogotana. Es por ello, que se invita a los ciudadanos a
que forjen sus opiniones no solo en base a las ideas expuestas por los medios
de comunicación, sino también que tengan en cuenta el panorama general que
incluye su realidad y la de los demás.
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